304. Historias para aprender español: Dolor de barriga
El primer día de escuela en España para Jan 😬
¿Recuerdas tu primer día de escuela? Esa sensación en el estómago, la incertidumbre, el miedo a lo desconocido… Pues esa misma sensación, su madre la recuerda hasta el día de hoy, y Jan también la revivió cuando fue a su primera clase de español en Málaga.
En su infancia, a los cuatro años, a Jan le dolía la barriga de camino al colegio. El primer día de escuela en España, no lloró en voz alta, pero por dentro… ¡estaba cagado de miedo! Solo había estudiado con Duolingo y no podía decir ni un «buenos días» en español. Por suerte, se las arregló para matricularse y, sin saberlo, estaba a punto de vivir la experiencia que lo engancharía a este idioma para siempre.
El alivio de no estar solo 😮💨
Cuando Jan llegó a la escuela en Málaga, lo llevaron a una sala donde ya había una chica. Ella se presentó en inglés y le dijo que se llamaba Emma y que era de Alemania. En sus ojos, Jan vio el mismo alivio que sintió él: no eran los únicos que empezaban, y al menos tenían a alguien con quien hablar en un idioma en común.
Pero justo después, la sala se llenó de cinco jóvenes que hablaban una lengua que no entendía en absoluto. A Jan le entró el pánico. Su aliada, Emma, y él se miraron con nerviosismo, preguntándose qué iba a pasar.
El profesor Álvaro y la prueba inesperada 👨🏫
Entonces, entró el profesor: un señor español, mayor, con barba canosa y una sonrisa amable. Escribió en la pizarra su nombre y lugar de origen: “Álvaro, España, Málaga”. Les pidió que hicieran lo mismo. Los cinco jóvenes de antes se presentaron como Ahmed y eran de Marruecos. El profesor miró a Jan y este logró decir las únicas tres palabras que sabía: «Jan, Holanda, Aquisgrán«. Al final, llegó el turno de Emma. Ella se presentó, pero continuó hablando un poco de español, armando un par de frases.
Álvaro sonrió satisfecho. Salió de la sala un momento, habló con alguien en el pasillo y, para horror de Jan, regresó y le pidió a Emma que lo siguiera. ¡La única persona que hablaba inglés se había ido! Jan pensó que lo habían abandonado en una «sala de torturas», pero no era así. A Emma la habían pasado a un nivel más alto porque ya sabía algunas frases. Jan, en cambio, se quedó en la clase para principiantes, la famosa «clase cero». 😅
Moraleja de la historia para estudiantes de español
La historia del primer día de Jan nos deja varias lecciones útiles si estás aprendiendo español:
- Es normal tener miedo: Sentir que te tiembla el estómago o el cuerpo es una señal de que estás saliendo de tu zona de confort, ¡y eso es bueno!
- Encontrarás aliados: Las escuelas de idiomas están llenas de gente como tú. Encontrar a otros estudiantes en tu misma situación te hará sentir más seguro.
- La importancia del profesor: Un buen profesor te hará sentir cómodo, incluso si no entiendes nada al principio. El carisma de Álvaro fue clave para que Jan siguiera aprendiendo.
- Aprenderás a base de esfuerzo: Aunque el primer día fue duro, Jan disfrutó mucho de esa semana y de muchas otras después. Al final, no importa dónde empieces, sino que te quedes en el sitio correcto para tu nivel.
La próxima vez que te sientas nervioso por dar un paso en tu aprendizaje, recuerda que a Jan también le dio un dolor de barriga. Pero, al final, todo salió bien, y a día de hoy, el español ha sido una de las mejores decisiones de su vida.
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